El dia 8 de junio del 2014, dediqué en el blog un comentario
bajo el titulo de
“Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados”, a la orquesta de
cámara de la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona.
Ayer sábado se celebraba en Berlín la final de
futbol de la Champion. El futbol tiene tanto poder de convocatoria que se ha
convertido en algo que paraliza y anula el resto de actividades a programar sin
son el mismo día del partido. Por suerte la orquesta respeto la actuación que
tenia prevista para el sábado en la Parroquia Mare de Deu de Núria, en la calle
Bon Pastor de Barcelona.
Hoy quiero escribir de nuevo a cerca de dicha orquesta y
especialmente de su director Diego Miguel-Urzanqui.
Una cita del crítico musical Jon Tolansky, en el programa de
mano del concierto, define a la perfección a este entusiasta director: “gran
musicalidad y energía”.
Así es Diego, cuando sale a dirigir delante del publico y
cuando ensaya con los alumnos. Para el, solo existe la perfección al preparar
las obras escogidas para el repertorio. En los ensayos se repite y trabaja las
veces que sea necesario. Transmite a los
jovencísimos alumnos de la UPF que con trabajo y constancia, los
resultado son satisfactorios. Estos comprueban al representar ante el publico,
que el esfuerzo estaba justificado, que merecieron la pena tantas horas de
ensayos, correcciones y repeticiones. Se pueden sentir satisfechos de dejarse
guiar y aprender por Diego a progresar
artísticamente.
No importa el tipo de lugar donde actúen y que las
condiciones acústicas o de espacio no sean las idóneas. Cuando sale a escena,
mira a sus músicos uno a uno…..escucha al publico y busca con su pose inmóvil
el silencio total de este. Cuando no se oye nada que interrumpa este momento mágico
previo al concierto, se lleva su mano izquierda lentamente a la boca como para
indicar silencio y levanta la batuta pausadamente… dando la orden de salida a
las mágicas notas que emanan de los diversos instrumentos.
La pieza escogida por Diego para el inicio del concierto, es
terriblemente exigente y arriesgada. Es el nocturno de Eduard Toldra “Allá a les llunyanies de la mar” de “Vistes
al mar”.
Esta maravillosa pieza, Requiere un silencio y una ejecución
pausada y atención constante a las ordenes que transmite el director a cada uno
de los músicos.
La primera violín Ana Falco, arranca de su instrumento unas suaves
notas… como un susurro. Diego comienza a balancear su cuerpo lentamente
pidiendo con gesticulación de la mano y la batuta que se vayan sumando el resto
de los componentes. El silencio en la sala es absoluto y nada distrae el
discurrir de esta soberbia pieza.
Con la actuación magistral de la solista de arpa Esther
Pinyol i Grifols,
nos regalaron “danses sacra y profana per a arpa y cordes" de
Claude-Acchille Debussy.
Después entraron en escena los integrantes del coro de la UPF
que conjuntamente con la orquesta de cámara interpretaron piezas de Antonio
Vivaldi “Gloria Rv 589”.
El sonido en la abarrotada iglesia fue magnifico. Voces e
instrumentos sonaron a las mil maravillas perfectamente conjuntados y dirigidos
por Diego.
El concierto estaba dedicado en memoria de Lorena Falcó, hermana de Ana, la concertino (primera violín) fallecida recientemente.
Diego ofreció un ramo de flores en su
nombre y del resto de la orquesta a la familia de la tristemente desaparecida y
nos volvió a regalar a los presentes como despedida la pieza de inicio del
programa……”vistas al mar”.
Felicidades a todos los componentes de la orquesta, coros y a
ese magnifico director tan vitalista, expresivo y divertido.
Gracias Diego por tu energía , entusiasmo y generar tanta
ilusión a estos jóvenes y prometedores músicos.
FERnando
(Hay vida mas allá del futbol)
Allà
a les llunyanies de la mar
Allí en las lejanías del mar
s'aixecava
la lluna solitària.
levantaba la luna solitaria.
Un
himne sense mots, acompassat,
Un himno sin
palabras, acompasado,
li
cantaven les ones a la platja.
le cantaban las olas
en la playa.
El
cel tot llis i tot descolorit,
El cielo todo liso y todo
descolorido,
s'escoltava
el cantar de les onades;
escuchaba el
cantar de las olas;
i la
terra enfosquint-se a poc a poc,
y la tierra oscureciéndose poco a poco,
sense
veu, sense vent i sense gales,
sin voz, sin viento y sin galas,
semblava
submergir-se en el no-res
parecía
sumergirse en la nada
davant
el cel i el mar il·luminant-se
ante el
cielo y el mar iluminándose
al
bes de la lluna, a cada instant més clar, el beso de la luna, a cada instante más claro,
i la
remor creixent de les onades.
y el rumor
creciente de las olas
(Joan Maragall)
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